Tras cerrar un largo verano de terrazas, nos decidimos por Maridaje. Ruzafa siempre es una opción por la cantidad de sitios que hay. Además este restaurante ya nos lo había recomendado más de una persona.
No tuvimos problema a la hora de reservar mesa, aunque bien es cierto que ya hacen ellos porque quepamos todos. Con esto, lo que quiero decir es que aunque es un lugar espacioso, de la conversación de la mesa de al lado no te libras.
El sitio es muy bonito. Las barras de la entrada son muy sugerentes para cenar en pareja. Y la vinoteca del fondo hace de telón temático para una cena maridada con unos buenos vinos (los hay a montones).
La cena nos gustó y mucho. A destacar: la tosta de ventresca de atún, tomate, albahaca y nube de parmesano; los crujientes de morcilla de Ontinyent; y el figatell.
El precio, muy aceptable. Cena para dos personas (de buen comer) con vino, postres y cafés: 70 euros.
Repetiremos. La próxima vez entre semana, porque me han dicho que tienen muy buen menú.