Hoy he leído un post en el muro de Facebook de una persona que se bate a duelo con un cáncer, en el que nos anima a todos: a los enfermos, a los sanos, a los que con mayor o menor esperanza, anem fent, que dice mi familia. Decía que en la vida nos pasamos todo el tiempo buscando la felicidad sin saber que campa a sus anchas a nuestro alrededor. Nos recordaba, con ese peso que tienen las palabras de alguien que ha tenido que recurrir a ellas para reivindicar lo que de verdad importa, que la felicidad es levantarte cada día al lado de la persona a la que quieres, la sonrisa de un niño de tu familia o la caricia de un rayo de sol.
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